jueves, 10 de octubre de 2013

Pontones tierra querida

Dentro de tres días volveremos a pisar tierras de la provincia de Jaén,  para ser más exacto estaremos de nuevo en un lugar llamado Pontones, el cual siempre nos ha acogido con los brazos abiertos.
Es un lugar mágico, sus gentes, los paisajes, la fiesta medieval...
Un sitio para conocer, donde perderte unos días, visitar el nacimiento del Segura, sus parajes, su gastronomía.
Es el cuarto año en el que participamos, gracias a amigos que cuentan con nosotros, que siempre nos tienen en cuenta, que alegran esos días de estancia, y también nuestros corazones, pues sabemos que están ahí, y que ellos saben que nosotros también estamos para cuando somos requeridos. Que lo hacemos con todo el cariño del mundo, que en realidad somos una familia que suele juntarse para esta fiesta. Da igual que uno sea del norte y otro del sur, otro del este o del oeste, el caso es reunirse con un sólo motivo, el de pasarlo bien.
Este fin de semana nos trasladaremos a la edad media, tal vez dos días no den para casi nada, pero en ese tiempo y aprovechando cada minuto da para mucho. Hacemos de todo, desde cantar y bailar a la luna alrededor de una hoguera, hasta envolver la plaza con alas de pájaro. Ver las caras de los niños y algunos no tan niños cuando salimos en los pasacalles es reconfortante, a la vez que ellos disfrutan nosotros lo hacemos también. 
Saber que dentro del calendario de cada año hay una fiesta así, es para tener ganas que llegue la fecha.
Pronto estaremos allí, saludando a los conocidos, amigos ya, casi familiares...
Espero que nos respete el tiempo, que la climatología no sea dura con nosotros, para poder disfrutar de cada minuto y segundo de esta fiesta de Pontones.
Como dicen los pontoneros, nosotros somos de Pontones, pues los pontoneros somos tan chulos, que nacemos donde nos sale de lo huevos...

lunes, 7 de octubre de 2013

Zapatero a tus zapatos...

El sábado pasado quedamos en tomarnos unas cervecicas unos amigos y amigas del colegio. En realidad el caso de la quedada era para irse de cena, yo les dije que iría a tomarme algo para saludarlos, y después me iría a casa. Fuimos antes a la inauguración de la peluquería de una de las compañeras de mis amig@s, y de allí, nos dirigimos al lugar donde dicha cena tendría lugar.
Empezamos por unos cubos de cerveza, no es que nos vaciaran los barriles de cerveza en cubos, si no que nos traían los tercios dentro de un cubo de metal con hielo, por lo que las cervezas estaban muy fresquitas y entraban sin darte cuenta...jeje
Bueno, mi  intención era tomarme un refresco energético, pero me persuadieron de que tomara cerveza, y yo que con poco voy, y que a mi me gusta más la fiesta que a un tonto un lápiz, terminé llamando a casa diciendo que me quedaba a cenar, entre risas y algarabía. A la tercera cervecica, (que entraba como dios),  ya llevaba yo el puntico de la desvergüenza, (vamos, que te da igual diez que ochenta).
Después de cuatro cubos, en el que tocábamos más o menos a una o dos cervezas por barba, nos dispusimos a cenar. Yo con las cuatro que me había tomado y las dos que me tomé en la cena, ya me puse bonico, pues no suelo tomar cerveza ni alcohol normalmente, y entre la compañía, las risas y alguna que otra burrada que se soltaba de vez en cuando, hizo que la cena y que la noche fuera muy amena y muy entretenida. Comimos bien, el precio era asequible y la verdad que nadie se quejó.
Después tocaba salir a dar una vuelta y tomarnos algún que otro copazo. Salimos del salón y una de las chicas dijo que le dolían los pies, (y yo con mi puntico), se me ocurre decirle que si nos cambiábamos el calzado, a lo que ella me dijo, que no era capaz que me faltaban huevos...y entonces salió de mí la bestia que llevo dentro.
Yo gasto un 41, ella un 39, en mi vida me había puesto zapatos de tacón y esa noche sería la primera...
Nos cambiamos el calzado, primero intenté meterme en uno y lo conseguí. Creí que se lo desarmaría, pero no, ahora, mis dedos se subieron uno encima del otro, un dolor de pie apretujado y una sensación de mareo cuando me puse el segundo zapato y me puse de pie, se me vencía el cuerpo hacia delante, casi me caía de boca, cual Yola Berrocal con su nueva medida de cantaros...
Duré seis metros andando, era criminal, estuve por llamar a la policía y decirles que esto era un atentado hacia mi persona, pero ellos de presentarse allí, me hubiesen dicho, que eso no era un atentado, si no un atontado, por haberme subido yo solito a tan alto tacón.
La verdad que ese rato fue el peor de la noche, pero también había que ver a mi amiga arreglada, y con mis zapatillas de deporte, y con dos números más por pie... jajajajajaja
Las cámaras de fotos no pararon de inmortalizar durante unos minutos el momento, y mis pies casi quedan en un muñón. Tuve que hacerme un ligero masaje, para que la sangre circulara libremente por mis pies...jeje
La verdad es que lo pasamos muy bien, fue el momento descojone de la noche, luego fuimos al pub de un amigo, y nos reímos de eso, de lo otro y de todo lo demás...
La verdad que lo pasamos muy bien, y eso que no eran de mi quinta y no tengo la suficiente confianza con ellos, pues habíamos coincidido alguna vez en cenas del colegio y nada más, aún así pasamos una velada inolvidable...