viernes, 20 de diciembre de 2013

Una espinita clavada

Hace una semana un post de una amiga, la Dra Jomeini, me recordó algo que se me quedó clavado, que llevo muy dentro y que seguramente quedará para el resto de mis días.
La historia que os relataré a continuación, es del día que falleció mi padre, bueno, del día del fallecimiento no, si no de la noche anterior.
Os la voy a contar tal cual pasó, vosotros sacaréis vuestras propias conclusiones.
Esto empieza la noche de todos lo santos, cuando una llamada de casa de mis padres, me dice que, a mi padre se lo han llevado al hospital.( Espero que esto me sirva de terapia, para llevarlo mejor).
Después de lo que conlleva ir de acá para allá sin saber en realidad que le pasaba a mi padre, pues lo único que le saqué a una enfermera es, que estaba muy malico, y esto fue la noche que lo ingresaron en el hospital de Alicante y después de pasadas varias horas. Cuando pareció que la gravedad empezaba ha remitir, ( o eso creía yo), lo trasladaron al hospital de Elda, ingresándolo en la UCI, de la cual ya no saldría. Fue entonces cuando pudimos verlo, esa misma noche. Se le veía flojo, pero el carácter y ese nervio que él tenía, lo mantenía tenso. Nos dijeron que sólo un máximo de tres personas lo podríamos visitar y nos dieron los horarios. Pensé que al ser nosotros tres, mi madre, mi hermano y yo, no habría ningún problema.
Lo visitamos por la mañana, estaba despierto, comía bien, de hecho mi madre le dio de comer, parecía que el peligro era menos, pero no era así, era sólo lo que yo creía.
Avisamos a los familiares, subieron a verlo, eso sí, desde la ventana, la que hay para las visitas en la UCI. Los únicos que entrabamos eramos mi madre, mi hermano y yo. Pero cuando llegó la visita de la tarde, llegamos cinco minutos tarde, a lo mejor no fueron cinco, pero tampoco fueron diez, ni quince...(tal vez por mi culpa seguramente, o eso me hizo creer mi madre, pues esa fue su respuesta), nos encontramos a mis tíos dentro. Alguien, algún enfermero les dijo que podían pasar,(eran dos hermanos de mi padre y su cuñada), con lo cual cuando llegamos, nos asomamos por la ventana de visitas para que nos vieran. Para que nosotros pudiésemos entrar, ellos debían salir. Al vernos mis tíos, salieron para afuera, pero la cuñada se quedó, pues luego me contó que le habían dicho, que aunque ella saliera, no me dejarían entrar. Mi madre y mi hermano se adelantaron y se cruzaron en el pasillo con mis tíos que salían, yo me los crucé en la puerta al quedarme rezagado. Estaba ya a tan sólo dos metros de la cama, cuando un celador o enfermero, me dijo que no podía entrar. Le contesté que ya estaba dentro, y me respondió que ya había tres personas y que yo debía salirme. Me di la vuelta sin rechistar, no quise discutir, pero me pareció injusto. (También pienso que nadie de los que había dentro se acordó de mí. Me había quedado fuera, bueno no, me habían echado y nadie salió a defenderme, ni se preguntó por qué no entraba. Entonces no sabía que sería la última noche en que vería vivo a mi padre, pues si me lo hubiese imaginado, no me habría ido, ni sacándome a rastras.
Pillé un cabreo muy grande esa misma noche, (sin saber lo que ocurriría después), incluso discutí con mi madre y mi tía. Con mi madre porque me hacía a mí culpable de haberme retrasado y haberme quedado fuera, por no llegar a la hora, me cabreó tanto que le llegué a decir, que sería ella que se quedara fuera la próxima vez, (en ese momento ni se me pasó por la cabeza que no hubiese próxima vez). Yo que era su taxi, que los llevaba, que los traía, además pienso y siento, que de los tres era, al que más le dolía su perdida, ( y lo sigo pensando). También discutí con mi tía, (la cuñada de mi padre), pues en ese momento la hacía culpable de que no me hubiesen dejado verlo. Tampoco fueron capaces de preguntar el parentesco, y la pregunta que yo me hago es ¿quien eran ellos para invitar a personas a entrar, que en realidad no saben quienes son, que creo yo, habrá prioridades de sangre y también pienso que es ahí donde radica el problema, y de que no me dejaran despedir de mi padre, con lo que ello conlleva. Esta espina ya no me la quito nunca.
En verdad siento mucho no haberme podido despedir de mi padre...
pero supongo que él donde quiera que esté ya lo sabe...
un beso y un abrazo muy grande...Papá 

martes, 10 de diciembre de 2013

Después de indignados, apaleados ¡La madre que los parió! (Monologo recordando a un amigo)

Esta no es mi entrada, es la entrada de un amigo o camarada, con el que me veré seguramente, en la tapia del cementerio de mi pueblo en un futuro no muy lejano...jeje
Érase una vez, tenía yo un amigo muy bruto pero muy sincero; tanto, que siendo un hombre sin grandes estudios se ganó con su honradez y sinceridad, a lo largo de su corta vida, el respeto de todo un pueblo que hoy le recuerda con un parque público que lleva su nombre, en la ciudad de Elda. Ya os aviso para que no lo toméis a risa, pues nada tiene que ver con los golfos que ahora campean por el país. 
La verdad es que me he acordado de él escuchando la sinrazón de un gobierno que no gobierna, o gobiernan para ellos. Me refiero a las leyes que se acaban de sacar de la manga estos políticos “rectos por los cataplines” cosa que diría mi recordado amigo, votando, ellos solitos, las sanciones para los que, indignados, acudan a las manifestaciones en contra de sus “SALVAJES” leyes contra la sociedad española a la que al igual que sus abuelos, antaño también en el poder, parece ser que consideran sus lacayos o sirvientes. Sí, no hay duda, aquí es seguro que mi amigo hubiera soltado un espontáneo ¡La madre que los parió! Y puedo asegurar que no se hubiera quedado sólo en eso, pues a no tardar, hubiera pronosticado que se avecina un gran descalabro nacional por culpa de los señoritos de un país donde puedes robar si perteneces a un partido, a un sindicato, a cualquier estamento vip, o a la corona y si no, pues no puedes. 
Queda por ver si le queda al pueblo alguna gota de sangre de esa “furia española” tan vitoreada en los campos de futbol o si ya se la han bebido los Dráculas de esta partidocracia pues, de no ser así, veríamos levantarse en “armas” (garrotas, audífonos y postizas dentaduras) a todos los jubíletas del este país que tras ver reducida, de la noche a la mañana, sus expectativas de vida __además de las pensiones__ por los llamados medicamentos alternativos de ostentosa baja calidad, según los afectados que están viendo lo poco que les queda ya por perder (sólo la vida), pues a nadie escapa que no debe ser lo mismo un tratamiento que costaba a 90 euros la pastilla, que el que ahora les dan a 10 céntimos el cartón de píldoras. Tanto es así, según me cuentan, que hay demanda en los videoclubs de España de aquella película, entonces futurista y hoy puesta de máxima actualidad, donde se suministraba a los ancianos unas galletas de color verde llamadas Solangrey para que dejasen de ser una carga al estado dominante (nunca mejor dicho). 
No se rían, pues no hace mucho vi salir a un viejo de una farmacia corriendo despavorido y gritando ¡pastillas verdes no, pastillas verdes no! 
Yo añadiría que debe haber sido idea de alguno de los cientos de asesores de confianza, que ya deberían estar expulsados de los Ministerios, Diputaciones y Ayuntamientos, (o tomando solangrey, que diría mi recordado amigo), pues estos inútiles llevan ya demasiado tiempo que no aciertan ni una, y siguen viviendo del cuento a costa de los españoles de a pie toda vez que, como asesores, han demostrado ser los mayores charlatanes inútiles del país. Y lo digo peyorativamente, para que no quede ninguna duda de mi repulsa hacia todos estos desahuciados de la clarividencia al servicio del poder (o al revés). Hay tantos ejemplos que es imposible elegir y es seguro que casi todos los españoles conocen a alguno que vive cerca de su casa, aunque no siempre, pues a veces no son ni del mismo pueblo. Que digo yo, y no mi amigo, pues antes lo dijo Trillo qué, ¡Manda huevos! que tengamos a secretarios e interventores trabajando a la vez en distintos Ayuntamientos de España, que ya les vale, tener varios trabajos cuando hay gente, presumiblemente mejor preparada que ellos, esperando su primer empleo y todo el país soportando el aumento constante de la bolsa de desempleo. ¿Es qué ninguno de los muchísimos asesores les han hablado a estos inútiles gobernantes nuestros de la duplicidad de cargos y sueldos entre los acólitos de sus partidos? 
Uno de los colmos vino cuando ese Ministro, cuya cara es más propia de la obra de Mortadelo que la de un representante occidental moderno, vino a decir, y con la crisis que está cayendo, que hay que adecuarse a los tiempos; que digo yo, lo habrá elucubrado esta lumbrera, después de haberse rebajado el propio sueldo… O, al menos habrá despedido al asesor que le dio tan jilipoyesca la idea… Pues creo que ni eso. 
Esto me recuerda políticas como aquella de cambiar la velocidad a 110 km hora, mediante pegatinas que nos costaron a 41 euros cada una (más de 6.500 de las antiguas pesetas), para poco después plantearse circular a 130 km. hora, cosa que no se había hecho antes, creo yo, para evitar sacarle los colores a tanto asesor “supuestamente” gilipollas, en el entonces gobierno de esta nación. Por cierto, Otro día hablaré de la no menos y también famosa, gilipollez judicial de poner o no poner el latiguillo “supuestamente” antes de decir lo que uno y el pueblo entero piensa, del personaje del que se hable en cuestión. ¡Manda huevos con los jueces de este país y su sentido de una justicia cabal! Frente a tamaña tomadura de pelo pregunto, y preguntar no es ofender: ¿Cuándo los fiscales de este sangrado pueblo intervendrán de oficio, frente a la corrupción de los partidos políticos, bancos y personajes del poder en todos los partidos judiciales de España, sin ninguna, o con muy poca excepción. O es que piensan sus “señorías” (lo digo a modo de ejemplo, pero en muchos pueblos pasa y lo vemos cada día), que a Urdargarín, el yernísimo del Rey de España, por mucho que le apliquen el “supuesto” va a dejar de ser el chorizo más ridículo de la nación, antes o después de un juicio que el pueblo ya sabe será una especie de apaño para salvarle el culo a la corona española, mientras entre todos, pagamos su real vida en Suiza, ¡Que ya tiene narices la cosa!, con lo barata que hubiera sido una cárcel española, esa misma que le aplican a quien roba una gallina, aunque la misma hubiera sido sustraida para dar de comer con ella a los niños de Nóos. (Atenuante para el roba gallinas, pero agravante para el chorizo real). 
Vergüenza sobre vergüenza, por acción u omisión de toda la clase política de este país, jueces y fiscales que ¿Para cuándo piensan ganarse el sueldo que se les paga en defensa de la ciudadanía española? 
Por lo visto, hacen falta más casos como el de los inspectores de Hacienda, revelándose contra directrices… digamos ¿extrañas?, vengan éstas de donde vengan, y pretendan destituir a quienes no les obedezcan. Reitero: fiscales de España, ya va siendo hora de que empecéis, pueblo por pueblo, a ganaros el sueldo que la ciudadanía os paga, pues estáis confundiendo al patrón que pone el dinero. ¿Qué a quién acuso? Al que se calla, al que esconde __cual avestruz__ sus vergüenzas en el agujero del pesebre, al que accede, al que se deja. Naturalmente se agradece la honestidad de aquellos que, cumpliendo con su deber, actúan en consecuencia. Qué sólo se molesten por mis palabras los corruptos, por acción pero también por omisión callando, que los hay a miles y los conocéis bien, en cada juzgado de esta España maltrecha, principalmente por la falta de honestidad. Qué ya es hora de dejarse de miedos y de ponerse a trabajar “de valiente” que diría mi recordado amigo. 
Aquí mi amigo, y parece que lo estoy viendo, volvería a desahogarse con otro similar epíteto, pero esta vez intentando calcular de que estaban hechas las pegatinas de las señales de a 110 km hora, quién las fabricó y a qué intermediario fueron a parar las correspondientes comisiones por tan suculento pedido, pues en todas las ciudades de España han aparecido gastos “extraordinarios” que nadie investiga con sentido común y seguro que en algunos casos (por no decir muchos) podréis encontrar “gato encerrado” ¿A que sí, a que ya estáis pensando en alguno? 
Mi amigo era así de desconfiado con estas “cositas comerciales”. Y parece ser que no andaba él hombre muy descaminado a juzgar por el atasco que hay en los juzgados por causa de tanta comisión fraudulenta, indebida e innecesaria, de “comerciantes” no menos fraudulentos, indebidos e innecesarios en esta España que ya sangra a fuer de tanto desatino, especialmente de políticos indebidos e innecesarios, y yo añado, e indecentes. 
Su última ¡La madre que los parió! con toda seguridad la abría dedicado a __según sus propias palabras__ a la “Puta costumbre de nuestros políticos de prohibir“ y creo que todavía se habría quedado corto, pues ya dije que no tenía grandes estudios y seguramente no calibró que la madre del negocio está en prohibir y luego multar; limpiar rápidamente a los españoles con unas tasas, vía multas de tráfico o sanciones administrativas, ¡hasta por quejarse!, que son las que ahora sin ningún rubor han tenido la desfachatez de publicar y que, como siempre, encuentran sólo culpables a los usuarios/ciudadanos que se les opongan y se manifiesten en contra de sus canallescas leyes que sólo pretenden seguir amordazando a un pueblo que ya no aguanta tanta ignominia, robo y estafa del estado del bienestar español, ganado con el sudor de las mismas personas a las que ahora pretenden maniatar con el miedo a sanciones millonarias (con la que está cayendo), impidiendo que se desahoguen en la calle bajo el argumento de salvaguardar la paz, cuando quieren decir sus propios culos, con la connivencia de una policía que muy pronto va a tener que plantearse donde está la justicia y donde una Ley corrupta hecha contra un pueblo que sólo pide pan. Así nos ven en Europa, revalidando una antigua cita francesa que durante años aseveró aquello de “África empieza en los Pirineos”. 
Después de indignados, apaleados. No sé a ustedes, lectores, pero a mí me recuerda al Congo y al Norte de la India. Sólo falta que doten a la policía de vergas de cerdo para que sean como dos gotas de agua (ambos) en la sinrazón del mantenimiento político de una situación que, en ningún caso, ha provocado el pueblo. 
¡La madre que los parió! sólo es un grito leve para el castigo que estos falsos políticos, carentes de vergüenza, en realidad se merecen y que a buen seguro recibirán a no mucho tardar en las urnas, pues ya no queda más sangre que dar a estos cuervos disfrazados de gaviotas ahora que nuestros hijos, al igual que nuestros abuelos en la represión franquista, se están viendo obligados a la emigración para buscar el pan que, con indecencia manifiesta y publica, incluso desde su propia sede nacional, unos políticos bastardos les niegan. (Tan bastardos en su profesión que algunos no saben ni inglés. Ese mismo idioma, que se les exigen en muchos Ayuntamientos y otros estamentos a nuestros hijos).
Del mal estado de las carreteras no se habla. De las curvas más peraltadas tampoco; de los incomprensibles pasos a nivel que todavía existen, igual que en África o en la India, tampoco. Pero se habla de los muertos en la carretera y siempre es para echarles a los ciudadanos la culpa de los accidentes. De los asesinos y violadores que han dejado en la calle, se hacen los tontos, como si no pudieran hacer nada para evitar la vergüenza de las víctimas, propiciando que los ciudadanos pensemos en la Ley del Talión (ya se escuchan voces) como solución más justa que esta reinante corruptela de indultos y apaños políticos por doquier, incluso cometiendo “errores humanos” en hacienda. ¡Pá cagarse! Y los ¿bobos? de los jueces “A tragar”. 
¡Qué vergüenza de gobernantes! Y ¡qué vergüenza de jueces! Ni siquiera tenemos políticos con la inteligencia o la astucia necesaria para mentir, por causa de ser unos inútiles, nombrados a dedo por uno u otro partido. Se justifican cobardemente culpando a una Europa que, si interesa, se pasan por el mismísimo forro cuando se trata de derechos humanos y dejan en la calle a familias sin posibilidades, cuyos hijos también afectados, no pueden hacerles escrache para no asustar a los ricos niños de una clase política insensible al sufrimiento de los hijos ajenos, cobijados por la inoperancia de un sistema judicial más politizado e inútil que en los tiempos de Hitler. Tampoco hablan de sus meteduras de pata, haciendo pagar el pato a los ancianos de España, por no tener la hombría política necesaria para enfrentarse a la Banca que sufragó, a derecha e izquierda, las campañas publicitarias que les auparon al poder. De esto tampoco se habla ¿Para qué, si pueden pegar otro pelotazo “a los de siempre“? Y sobre todo, es mejor tener maniatados a los ciudadanos vía amenaza económica no sea que se les acabe el chollo, los pluriempleos, los coches oficiales (más que en el resto de Europa), especialmente ahora que la caja ya no da para “tantos”… ¿despilfarros? ¡Coño!, creo que no era esta la palabra que estaba pensando. 
En fin, descansa amigo, consuélate en tu grandeza, la misma que ninguno de estos con poca vergüenza alcanzará en su pajolera vida y en que, por lo menos tú, ya no los tienes que aguantar, ni a ellos, ni a sus palmeros en los noticiarios. Parece ser que, de seguir así las cosas, pronto nosotros tampoco, y eso que recuerdo bien tus acertadas palabras y sabiendo que ¡Todos son iguales!, se pongan el color que se pongan, por lo menos querido amigo, estarás de acuerdo en que, si te pongas como te pongas, al final te han de que joder igual, por lo menos, dará más placer el ir cambiando de pareja. 
¡Hombre no es que yo crea en el más allá, pero puedo prometer y prometo, emulando al padre de nuestra arruinada y falsificada Democracia, que nada más acabar las líneas precedentes, he escuchado, cómo viniendo desde ultratumba, aquella voz que nunca olvido. 
¡La madre que los pariooooooooooo! 
Y colorín colorado, ya le vale a este cuento, que no se acaba y Nóos tiene asqueados. 

Juan Manuel Maestre Carbonell